El color natural del diente nunca es absolutamente blanco. Los dientes son color marfil. Las alteraciones del color pueden ser producidas por múltiples causas; patologías como caries, bruxismo o alteraciones del desarrollo, coloración por envejecimiento, depósito de sustancias en la superficie del diente (tabaco, té, café, vino), empastes antiguos, traumatismos y ciertos medicamentos (tetraciclinas). Antes de realizar el blanqueamiento conviene tener las superficies dentales limpias, mostrar correcta higiene, encías sanas y ausencia de caries, además se tendrán en cuenta las contraindicaciones relativas y absolutas.